Tuesday, October 30, 2007

Comer gente muerta es éticamente correcto




Aviso: Este artículo NO es ironía. Todo lo que menciono a continuación lo creo en realidad.


El otro día etaba muy tranquilo en casa tomándome un tesito y exprimiéndome unos cuantos barros, cuando de pronto leí en el periódico que a un tipo en la colonia Guerrero lo habían detenido y apresado porque mató y se comió a su novia. La nota destacaba particularmente esta segunda parte (el acto de la engullición) como abominable, no tanto la primera. Como ya saben, matar en la ciudad de México ya es un crimen equis.

Y bueno, a mí en realidad me molesta que a la gente le moleste y le parezca terrible que se coman a las personas. ¿Qué tiene de malo? ¿Si nos comen los gusanos por qué no aplacar el hambre ajena con carne humana de alguien que ya murió?

Hace un par de años hubo una gran conmoción y millones de alemanes se horrorizaron cuando un tipo del encantador pueblillo de Rotenburg ob der Tauber, Alemania, se comió a otro señor. Había un video (que nunca llegó al Youtube) en el que el tipo que fue englutido aceptaba ser comido. O sea, fue una práctica hecha con consentimiento mutuo. Yo sí creo que, si es con consentimiento mutuo, todo se vale. Hasta comerse al prójimo y dejar que el perro se lo coja a uno.

Pero en lugar de pensar igual que yo, que es la forma racional y correcta, millones de personas estúpidas y un puñado de retrógradas jueces de la suprema corte de Alemania se indignaron moralmente por estos actos. Y esto es realmente pusilánime e hipócrita, pues las personas que están en contra del canibalismo generalmente no tienen ningún problema con maltratar y torturar animales y condenarlos a vidas inhumanas y miserables, tan sólo para tener carne barata en los supermercados.

Por favor vean el siguiente video:



Después de haberlo visto, quiero que me digan sinceramente qué está peor: comerse a una persona que murió de causas naturales o fortuitas, o comerse a un animal de los del video.

Lo que hizo mal el canibal de la Guerrero, fue matar a la víctima. Comérsela no es tan grave éticamente hablando.

¿Por qué?

Porque un cadaver no es una persona, ¡burro! No tiene sentimientos, ni deseos, ni le importa que se lo coman los perros.

¿Desecración de restos humanos?


Chale, ¿qué tal si empezamos por respetar a los que seguimos vivos?

Yo me siento desecrado cada vez que escucho un discurso del presidente. Me siento desecrado cada que se me exige, por una cuestión de la forma en que se organiza el trabajo hoy día, aplastarme 10 horas seguidas en una puta silla giratoria, chingándome la pinche espalda. Me siento desecrado cada vez que un carro de mierda me tose con el escape en la cara, o cada vez que un pendejo me toca la bocina cuando voy cruzando a un paso normal por la esquina y él quiere dar vuelta.


Ah, pero qué consuelo: Cuando esté muerto, nadie podrá comer ni cojerse mi inútil cadáver amarillo.


Bueno, está el caso de los familiares y los amigos. Pero insisto que la peor parte de que a alguien que conoces lo maten y se lo coman, es que lo hayan matado. El que se lo hayan comido si acaso debería ser una falta administrativa, o si está encubriendo evidencias,pues acusarlo de obstrucción de justicia. Pero el comerte a alguien per se, no tiene nada de malo éticamente si la persona murió de causas naturales.

Conclusiones: Es éticamente preferible desenterrar muertos y comértelos que comprar pollo en el supermercado. Además, contaminas menos.

Monday, October 22, 2007

Por nada en el mundo veas Luz silenciosa

El otro día estaba de lo más tranquilo hasta que se me ocurrió ir al cine del World Trade Center a ver una película llamada Luz silenciosa.

La película es excpcionalmente buena. La fotografía es excelente, la ambientación es de primera. La historia se plantea de manera sencilla (es lineal), pero a la vez es devastadoramente compleja, y esto se retrata en el manejo de las dimensiones emocionales de los personajes. Es sin lugar a dudas una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo. El director es un experto en exprimir cada escena, en revelar esencias en fragmentos perfectamente escogidos, en detalles minúsculos como lágrimas y gotas de sudor. La película tiene pocos diálogos y las escenas avanzan en tiempos parecidos al real. Se apela a una economía de la palabra que refleja la dirección a la cual apunta el director, que es la de desarrollar un ambiente a partir del silencio, los sonidos de la naturaleza, de los autos, del polvo. Pero sobre todo, del sonido del silencio. Heredero de Rulfo en este sentido.

En fin, uno pensaría que la gente que va a ver cine de arte sabría suficiente sobre intertextualidad para hacer la relación entre el título de la película y el hecho de que esté contruida por el silencio y la imagen. Pero no. Hoy he descubierto que la gente va a ver una película "difícil" mentalizada como si fuera a una de Jackie Chan y por tanto, cree que los silencios de la película fueron hechos para que ellos pudieran comentar acerca del pozole que comieron esa tarde.

O sea, por lo menos sean honestos y sálganse de la película si les da hueva. Ríndanse y vayanse a su casa a ver La Academia. No me caguen la madre quedándose a verla si su débil cerebro, tan acostumbrado éste a la síntesis televisiva de una idea en 18 segundos, no puede enfocarse en saborear una película que le exige más al espectador que aplastar el culo en la poltrona y fijar los ojos en unos muñequitos de colores que venden refrescos o un político que alza el puño a favor de la democracia inexistente.

Conclusiones:

-Si no sabes apreciar la película en silencio, o si te aburre, no asumas que todos en la sala compartimos eso y deja de arruinar el ambience poniéndote a hacer comentarios estúpidos con tu amiga. Únicamente te delatan como un imbécil. Habemos quienes pagamos 50 pesos por la experiencia de ver una película en el cine. Y recuerda, QUE NO HAYA DIÁLOGOS NO SIGNIFICA QUE NO SE ESTÉ DICIENDO NADA, ¡BURRO!

- Si eres demasiado lerdo o huevón para hacer el intento de clavarte en ella, no veas Luz silenciosa. Posiblemente tengas mejor suerte divirtiéndote con la TV notas de esta semana, que hasta un perro le entiende.