Saturday, January 24, 2009

No soy tu banda

Estoy de vuelta, efectivamente. Tardé un poco pero es que, vaya recepción la que me tenía preparada esta mugre ciudad. Bueno, en realidad no ocurrió nada salvo la descompstura total de mi computadora. Y ya. Pero en fin, antes de empezar a hablar respecto al tema que hoy nos incumbe, simplemente quisiera decirles que qué pinche asco de país este, la verdad. Un maldito paisaje de envases vacíos, piedras pintarrajeadas con apellidos de algunos pendejos, estúpidos autobuses que no te quieren hacer descuento de estudiante y encima después te sedan con cuatro películas gringuísimas y malísimas, y selvas destruidas para abrir paso a plantíos de caña. Los paisajes son hermosos, es indiscutible. Pero la gente los trata como verdadera mierda y echa a perder toda experiencia natural con su intervención en ell. Y no es por nada, pero cuando te preguntan "Está lindo por acá, o no joven?", creo que es poco honesto responderles que sí, que está hermoso, cuando lo cierto es que estaria más lindo si no lo tuvieran lleno de envases de fanta y envoltura de suavicremas. Claro, en ese momento, la gente de provincia siempre te va a decir que son los chilangos los que destruyen todo cuando lo cierto es que el problema no son los chilangos, sino esa raza inmunda llamada pueblo de México.
Maldita sea. Y ni se diga de los gobiernos, quienen también arruinan el paisaje. En lugar de colocar tubería discreta, colocan unos tubos gigantes cascadas metiendo tubos, hidroelectricas y proyectos intrusivos en un de las putas zonas de mayor belleza natural del estado.

Pero bueno, no crean que no me dio gusto ir a San Luis Potosi. Fue un viaje lleno de cosas hermosas...la huasteca, las pozas, el sótano de las golondrinas y el desierto. Pero lo cierto es que a los paisanos no dejo de bajarlos de ojetes tira basuras.
Prohibir a los mexicanos hacer turismo en su pais salvo que hayan demostrado haberlo hecho fuera del país por más de dos meses, ahí tienen una solución. A ver qué político se atreve.

Pero regresando al blog:



Son pocas las cosas que me enfurecen. Casi ninguna de hecho. Vivo en México y estoy casi desensibilizado hacia la injusticia pero si hay algo que detesto es que llegue un rasta apestoso con un clavo oxidado en el septum, el pelo con tufo a bosta de algún establo, su olor corporal una mezcla de esmegma y resistol 5000, y me diga: ssss, ke tranza la banda...sssss.....me regalas de tu chelita.

Que quede claro. Soy buena onda. Soy de izquierdas. Soy universitario. Pero de verdad, si hay algo que me caga, si hay algo que pone a pulsar mi vena reaccionaria, es que un desconocido me
juzgue a partir de mi apariencia y deduzca por mi vestimenta no-fresa que pertenezco a su llamada banda y tengo mucho que ver con él y sus amigos parásitos.

De entrada, no me junto con drogadictos ni malvivientes (salvo honrosas excepciones) y será cierto que traigo aretes y tatuajes y la madre, pero de eso a que sea un jipi culosucio que fuma de la mota más ñera y se embriaga cuatro veces por semana con alcohol de madera, discúlpenme, pero no.

El dichoso vocablo de banda refiere una deleznable abstracción inventada por unos monstruosos malvivientes para nombrar de forma general a otros parásitos de su estirpe que se dedican, igual que ellos, a una autodestrucción sin tapujos y a la degradación de su persona y de su ya maltrecha juventud por medio del consumo frenético de drogas y de cerveza. Los integrantes de la dichosa Banda no suelen pasar de ser personas sin pensamiento político y que nada más se dedican el día entero a pensar en historias falsas que te van a inventar para que les des una moneda que no tardarán ni cinco minutos en gastar en pulque o mona.

A pesar de autoconsiderarse personas "idealistas" y "revolucionarias", toda su fuerza creativa la desperdician chupando litros y litros de cerveza en asquerosas fiestas de lugares mierdosos del centro donde todos bailan Manu Chau y salsa, y siempre acaban madreándose. Como si hacer rica a la cervecería Modelo y bailar música de las trasnacionales fuera la forma más efectiva de lograr un cambio social. Eso sí: ellos dicen que la razón por la que se comportan como infrahumanos es porque en el fondo lo que ellos añoran es la libertad que la puta sociedad burguesa con sus valores de mierda les niega...lo cual en principio no está nada mal, salvo que para ellos la libertad suele conllevar poco más que el derecho de transmitirse el papiloma y de orinar en la calle.
Eso sí, debo reconocer que hay muchos tipos de "gente banda", muy diversos salvo en el hecho de que son invariablemente personas desagradables. En la UNAM, la gente de la llamada banda suele identificarse por ser de esos individuos que confunden las areas colindantes a la Rectoria con una cantina, y las paredes de la Biblioteca con mingitorios. Son esos lastres que desperdician el dinero que el estado entrega a regañadientes para que ellos estudien no acudiendo a clases, pues el único aprovechamiento que hacen de su condición de estudiantes de la UNAM no lo hacen para aprender e intectualizar sino para pasar inútiles días jugando futbol en las islas y gastándose el dinero que le sacaron del monedero a sus madres en anfetaminas y cervezas en los barecillos chancrosos de Copilco.

Les gusta que los identifiquen con la Banda pues creen que eso significa que son gente chiiiiida, contestataria, altern, puro reven. Y aunque yo también desprecio a ciertos tipos de fresas y creo que la clase media es un hervidero de sujetos materialistas asquerosos, el hecho de que la banda prefiera gastarse su dinero en drogas y no en lentes oscuros y ropa, no la hace mejor que la sociedad a la que desprecia. Si acaso es sólo un ejemplo patetico de cómo la drogadicción nada más es romántica si eres un beatnik, no un niñato berrinchudo y pusilánime de clase media que no tiene otra cosa en la cabeza que telarañas y letras de canciones de Panteón Rococó.

Así que, como ya les dije, una cosa es que yo sea una persona accesible y buena onda, y otra es que pertenezca a esa piara de rufianes. Por lo tanto, la conclusión es que no soy tu banda.


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De la prohibición al beso en Guanajuato, ni me pregunten. Todos saben que es una estupidez y no me pienso unir al coro de opiniones que simplemente repiten lo evidente. Es como si alguien dice que el cielo es color ladrillo, no azul. A un pendejo que dice algo así no se le contesta. Si fuera algo menos evidente, o algo que no hubiera recibido tanta atención, tengan por seguro que rebato. Pero en lo evidente, ?para qué? No me pidan que les repita lo que ya saben. Estoy viejo (vean la foto) y tengo las palabras contadas. Hueva.