Saturday, January 30, 2010

Problemas

Este blog está oficialmente en recesión. Lo que pensé sería un catarrito terminó por ser gripa porcina o pulmonía o no sé qué. Y es que francamente, estoy cansado. Tengo un problema, y el problema es que no sé en què consiste este problema. Mi problema no es la escritura: podría fácilmente hilar una serie de comentarios, conectar unas ideas, inventarme unos insultos y escupir con mis palabras la cara de los comemierdas de siempre. Pero por alguna razón que desconozco, no quiero o no puedo o no le veo la importancia. A fin de cuentas, cada vez le veo menos sentido a esto. No lo hago por la popularidad, ni por el dinero, ni por el hecho de expresarme. No me interesa ser leído, los comentarios ni los reviso (dirán: es pobre y se da el lujo de despreciar, y tienen razón). Este blog lo empecé a escribir creyendo que algo podría cambiar, que algo podría influir. Lo empecé porque me pareció que un blog era un buen lugar para transmitirle a las personas mis ideas. Ahora me parece que se trató de una empresa arrogante a más no poder. ¿A qué clase de imbécil se le ocurre que sus ideas son más relevantes que las de los otros? ¿A què clase de cretino le pasa por la cabeza que tiene algo que enseñar? Que su visión de las cosas amerita serle transmitida a los demás.
Yo lo ùnico que veo es que el mundo avanza por un proceso irrefrenable de embrutecimiento. Esto ocurre a nivel global, a nivel nacional, a nivel personal. Los presidentes se van volviendo más idiotas mientras que las personas se van volviendo pendejas, se van volviendo màs conformistas y la historia es cada vez màs aburrida. Todos y cada uno de nosotros tenemos sembradas en nuestros interiores las semillas de la idiotez. Y es la flor de la idiotez la más común y populosa de las que brotan de los espíritus simples. La flor de la idiotez tapiza el mundo y los campos; su pólen vuela por los aires y se transmite y toca los pistilos de otras flores idiotas para formar más y más idiotez. La idiotez es el estado anhelado por nuestra sociedad y se cristaliza en el consumo, en el entretenimiento vacío, en las relaciones de pareja mundanas y en el aburrimiento masivo. La idiotez es el trabajo por el trabajo mismo. La idiotez es mantener un mundo por el simple hecho de que mantenerlo así nos permite comer. La idiotez es el más perfecto de los estados humanos y florece en el momento en el que uno va aceptando que el mundo tal vez no esté tan mal. ¿Y por qué alguien podría creer semejante cosa? Tal vez la respuesta sea más mezquina que romántica: por el hecho de que el sistema que alguna vez lo rechazó, que alguna vez lo trató de freak, que alguna vez lo despreció y lo humilló, ha, después de mucha bilis y después de mucho gritar y blasfemar, empezado a concederle a uno la razón. Y aun así, uno no siente que esto mejore.
Y he ahí el mayor de los problemas.